El impuesto al carbono propuesto por la Unión Europea para acelerar la transición energética hacia energías renovables podría ser un problema para Estados Unidos y China.
En julio de este año, la Unión Europea (UE) propuso imponer un mecanismo impositivo a las importaciones basado en las emisiones de carbono del país de orígen. Mediante este impuesto al carbono, se espera incentivar a otros lugares con reglamentaciones ecológicas menos estrictas a reducir sus huellas de carbono e invertir en energías renovables o arriesgarse a perder dinero.
Esto puede representar un problema para los países que no pueden seguir este camino a la misma velocidad que la UE, que tiene como objetivo reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 55% desde los niveles de 1990 para fines de 2030. China, India, Sudáfrica y Brasil dijeron en abril que tenían una «grave preocupación» con respecto a las intenciones de la UE de implementar un impuesto al carbono, calificándolo de «discriminatorio».
Para muchos expertos, el nuevo impuesto al carbono tendrá grandes implicaciones para los países que exportan al mercado de la UE. Para que el proceso sea sustentable, se espera que los ingresos generados se devuelvan a los países fuera de la UE para apoyar su transición a energías renovables y sistemas productivos de bajas emisiones de carbono.
El efecto del impuesto al carbono puede ser dañino para la economía de Estados Unidos y China
John Kerry, el principal enviado climático de Estados Unidos, dijo a principios de este año que le preocupaba la propuesta y que debería usarse solo como «último recurso«, sugiriendo que se podrían tomar otras medidas para reducir las emisiones globales. Tim Gore, del Instituto de Política Medioambiental Europea, cree que la competencia para ser la principal economía del mundo será la solución a cualquier conflicto con los planes climáticos de la UE.
“Ambas economías [Estados Unidos y China] saben también que la UE aquí está tomándose seriamente los costos para avanzar hacia una nueva economía baja en carbono. Así que, independientemente de las negociaciones internacionales sobre el clima, estos gobiernos analizarán sus propias economías y evaluarán dónde estará la ventaja competitiva en los próximos 10 a 20 años.”
Señaló Tim Gore.
Un grupo de expertos con sede en Bruselas, Bruegel, también declaró el mes pasado que la UE debería garantizar que las conversaciones internacionales sobre su plan de transición a energías renovables e impuesto al carbono se lleven a cabo en la Organización Mundial del Comercio. Este enfoque probablemente reduciría futuras disputas comerciales en este espacio.
La Unión Europea no cederá en su camino a las energías renovables
La Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE, decidió presentar la propuesta del impuesto al carbono (llamado CBAM) a pesar de las preocupaciones expresadas por algunos socios internacionales. La institución cree que la política es esencial para prevenir la «fuga de carbono»: el temor de que las empresas que hoy operan en Europa trasladen su producción a lugares con políticas de emisiones menos restrictivas.
«Mientras las instalaciones industriales fuera de la UE no estén sujetas a medidas igualmente ambiciosas, estos esfuerzos pueden perder su efecto»
Dijo en julio el comisario económico de la UE, Paolo Gentiloni, sobre la necesidad de imponer el impuesto al carbono.
Créditos Fiscales para energías renovables
Aunque Estados Unidos no mantiene regulaciones de sus emisiones de carbono a un nivel tan estricto como la Unión Europea, los últimos años vieron el comienzo de una transición a las energías renovables. Esto se reforzó mediante la implementación de múltiples beneficios fiscales para quienes hacen el cambio.
Por ejemplo, el Crédito Tributario para Energías Renovables cubre hasta el 30% del costo de cualquier sistema eléctrico solar, bombas geotérmicas, energía eólica o sistemas de calefacción de agua. Sin embargo, por el momento solo aplica para aquellos sistemas que se hayan instalado entre el 31 de diciembre de 2016 y el 1 de enero de 2020.
Lo bueno es que este crédito es independiente de los ingresos anuales del solicitante. Además, es posible reclamarlo para una segunda propiedad, y no solo para una residencia primaria. Aunque se ha reducido, todavía es posible reclamar este crédito fiscal para el año 2021.
Otro beneficio fiscal para el uso de energías renovables es el Crédito de Energía Residencial, que puede ayudarte a ahorrar algo de dinero si decides instalar una bomba geotérmica en tu propiedad como medio de calefacción. Durante el año fiscal 2021 se puede reclamar hasta el 22% de costo de compra e instalación de un sistema geotérmico.
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